En la última entrada de mi blog, Miedo a morir, miedo a vivir, expliqué cómo nos aferramos a nuestro sistema de creencias. Freud y Kierkegaard descifraron cómo nuestra mente imita todo lo que hay en la cultura para definir el Yo (y permitirnos buscar la felicidad). También comprendieron que, más allá de la mente, nos sentimos expansivos y extraordinarios. Todos sabemos lo que quieren decir con eso; todos nos sentimos preciosos y únicos.
Si a los veinte años alguien me hubiera dicho que acabaría hablando de esto, me habría reído como una hiena irrespetuosa. Pero es lo que es, así que lo diré: La espiritualidad consiste en acercarnos a nuestra preciosidad única. Lo descubrí mientras exploraba mi Home Within y, desde entonces, decidí vivir con otras reglas. Estoy honrando mi “divinidad”, mi espíritu, mi energía (llámalo como quieras), por encima de mi mente-ego (que funciona imitando a la cultura).
Impactar con nuestras propias reglas.
Si estamos en la búsqueda de un mundo sostenible, regenerativo y justo, podemos participar activamente en el cambio cultural que necesitamos. Quizá la solución más inmediata y potencializadora sea transformarnos a nosotros mismos. Por dos razones:
La cultura está anclada en nuestro sistema de creencias, y pasamos por alto sus matices tóxicos impresos en nuestro propio comportamiento. Los notamos fuera porque así somos culturalmente, siempre mirando y resolviendo fuera de nosotros. ¿Vamos a cambiar efectivamente el mundo partiendo de su impulso?
Vivimos en nuestra mente, sobre-estimulados y acosados por la cultura. La realidad que creamos es malsana. Estamos intentando hacer cambios desde nuestro propio des-equilibrio.
Cuando conectamos con nuestro verdadero y precioso Ser (espero que estés de acuerdo conmigo en que, en el fondo, somos sabios y guiados por el amor), surgen reglas diferentes. No estoy hablando de alterar la vida que tenemos, sino de utilizar nuestra brújula para tomar decisiones guiadas por un propósito. ¿Qué podría ser más extraordinario y satisfactorio para la vida que explorar nuestra sabiduría inherente?
Pequeñas palabras que me encantan :)
Escuché a Jeffrey Allen hablar sobre fitness espiritual y me encantó el término. Suena genial pensar que podemos practicar fitness de mente, cuerpo, corazón y alma. Yo hago ejercicio para ponerme en forma en mi Hogar Interior. Sin embargo, para evitar una solución de basura dentro y basura fuera, para ponerme en forma con éxito, cambié mi mentalidad.
Los siguientes son tres cambios importantes que me ayudaron a encontrar una mayor dimensión de mi SER.
#1 ¡No somos nuestra mente!
Las palabras corazón, cuerpo, mente y alma juntos que suenan como un cliché. Sin embargo, he descubierto que, aunque los nombramos para trabajarlos, no los sincronizamos del todo para que trabajen juntos. En lugar de eso, los tratamos como áreas independientes en las que trabajar. Permítanme explicarles cómo:
Mente
"Pensamos, luego existimos", decía Descartes. Somos nuestra mente. Damos prioridad al pensamiento racional sobre todo lo demás. Llevamos siglos viviendo maravillados con nuestra mente. Sin embargo, la ciencia (nuestra mente) no consigue resolver la plenitud, la paz, la alegría y el amor.
Las sub-categorías
Cuerpo, Corazón y Alma
Cuerpo. Debe tener un aspecto sano y bello. Hasta hace pocos años se ha hablado poco de cómo nuestro cuerpo influye en nuestra experiencia y estados mentales en cada momento
El alma. Espiritualidad es una palabra con varias connotaciones, pero echamos de menos cómo nos define y nos da forma. Nos falta mucho vocabulario práctico y amplio.
El corazón. Reprimimos las emociones. Cuando las cosas se ponen difíciles, podemos navegar por las olas de la autoayuda o acudir a psicólogos, que nos ayudarán a sobrellevar la situación. Es bien poco lo que sabemos de nuestra emociones.
Nuestro sistema, nuestro Hogar Interior, consiste en integrar el SER en un ecosistema experiencial cohesivo. A veces es el cuerpo es el que habla, a veces es el corazón y a veces es el alma. En mi Home Within, nuestra mente no los domina ni los ignora. Esa es la base para aprender a manejar las situaciones en lugar de que las situaciones nos manejen a nosotros.
Me salí de los hábitos dominantes e insanos de mi mente; presté atención y aprendí a utilizar mi cuerpo, mi corazón y mi alma para estabilizarla. Home Within es una invitación a explorar intuitivamente, y más allá del conocimiento, cuando cada aspecto de nuestro interior dice algo. Explicaré más a medida que publique (hay demasiada información, y me estoy ciñendo a una lectura de 4-5 minutos).
Practicar fitness en mi Hogar Interior me hizo adaptable y expansiva. Observé activamente y practiqué salir de mi cerebro para cambiar mi forma de experimentar la vida. ¿Cómo?
#2 NO somos nuestras Creencias; eso es algo prestado.
El reto en nuestro Home Within consiste en deconstruir nuestro sistema de creencias, que está moldeado por la cultura. En mi Post sobre la Dopamina, mencioné cómo la cultura va más rápido que nuestra biología; algunos tendrán mejores mecanismos de resiliencia, pero todos nos enfrentaremos un desequilibrio generalizado del Yo. Podemos pro-humanizarnos. Ponernos en forma. Podemos moldearnos para ser menos una imagen de la cultura y depender menos de su energía.
Cuando uno se sale de la mente, en un ejercicio consistente, empieza a darse cuenta de pensamientos adictivos, patrones de pensamientos tóxicos, obsesiones mentales, validaciones superfluas y las mentiras tontas que nos mantienen encadenados a nuestras creencias. Para limpiar la mente, además de meditar, hay que: Quitarse La Armadura.
#3 Quítate la armadura.
La primera vez que escuché la palabra compasión fue en un retiro de silencio en 2017. Cuando la escuché, inmediatamente planeé saltarme las sesiones de Amor y Bondad. ¿Una hora de charla melosa y sentimental? Gracias, pero no gracias (y con torcida de ojos).
Pero los retiros de silencio son, a propósito, muy aburridos, así que buscar plan es instintivo. Mientras estaba allí sentada escuchando la charla se me ocurrió que estaba tan poco interesada en la compasión como en tratarme a mí misma con amabilidad (no era consciente de que tenía una relación conmigo misma. Finalmente yo sólo era mi mente).
En el metaverso del bienestar, a menudo se oye la palabra "niño interior". No conozco la filigrana del tema pero a veces me siento como cuando tenía cuatro años y mi mamá me dejó tarde en la guardería. Ella esperaba que yo me bajara del carro y entrara valientemente. Partió cuando yo cruzaba la verja y no se dio cuenta que yo me quedaba paralizada muerta de pánico detrás de un árbol en el jardín delantero. Al final, después de quien sabe cuanto tiempo, alguien se fijó en mí, me tomó de la mano y llamó a mi mamá para que me recogiera porque estaba pipiseada y tenía frío.
Puede que ahora tenga 45 años, pero sigo viviendo con esa niña. Encontrar el bienestar consiste en ser compasivos con nuestras emociones crudas e infantiles. Podemos curar a nuestro niño interior, pero esto sólo ocurrirá si nos mostramos ante nosotros mismos con generosidad, paciencia y amabilidad. La empatía que echamos de menos en el mundo es la que echamos de menos ante todo cuando hablamos con nosotros mismos. Digamos que éste es el portal de la aptitud emocional.
Home Within trata de practicar el fitness emocional, mental, corporal y espiritual, guiado por el amor propio. Solo quitándome la armadura, estuve lista para observar y caminar por el laberinto de mi mente.
Cierre!
Metabolizar las experiencias de vida de forma saludable significa que a veces somos nuestro cuerpo, a veces somos emociones y a veces conectamos con nuestra alma para que nos guíe en la vida que estamos destinados a vivir.
Home Within no es un plan orientado a objetivos, sino una nueva mentalidad y un mejor flujo interior. En mi próximo post, te hablaré de los vicios, patrones tóxicos y orientaciones negativas de mi mente. Quizás te identifiques con algunos. Si quieres saber más, puedes inscribirte aquí.
¡Que tengas una buena semana!
Adriana